CAPPRO

La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO) es una entidad gremial constituida el 6 de agosto de 2006, cuyo objetivo es agrupar a las industrias paraguayas dedicadas al procesamiento de semillas oleaginosas con el fin de producir aceites crudos y refinados, harinas y cascarilla de soja, como así también a las que realizan otros procesos industriales conexos como envasado de aceites comestibles, producción de grasas, margarinas y balanceados. La Cámara coopera integralmente en el desarrollo de las actividades de sus asociados, defendiendo los intereses gremiales, ejerciendo la representación legal en gestiones de beneficio colectivo y coadyuvando el esfuerzo de los productores de materias primas para la industria aceitera, con la finalidad de que logren mayor calidad y volumen, utilizando tecnología de punta, incrementando su producción. La CAPPRO agrupa a los principales procesadores de oleaginosas, cuyo volumen de producción representa el 95% de la cantidad de aceites y harinas oleaginosas producidas y exportadas por el país.

Nuestras empresas

Actualmente la Cámara está conformanda por 10 empresas industriales, las firmas asociadas y principales procesadoras de oleaginosas del país son: ADM, BISA, BUNGE, CAIASA, CARGILL, CONTIPARAGUAY, COPAGRA, LDC, MERCO y OLEAGINOSA RAATZ.

Agroindustria: impacto económico y social. País Sostenible, Visión de Futuro

CAPPRO entiende que para conseguir un real aprovechamiento de la materia prima agrícola producida en Paraguay, es necesario establecer políticas públicas que puedan incentivar el agregado de valor a nivel local, generando un efecto multiplicador en la generación de más fuente de trabajo de calidad. La agroindustria genera muchos impactos positivos tanto a nivel económico como social que se traducen en un mayor bienestar para todos los ciudadanos, algunos de los cuales citamos a continuación:

Algunos de los impactos positivos que ya tiene la agroindustria y en los que se podría profundizar son:

Desarrollo de industrias afines

La industria aceitera nacional es el eslabón fundamental para el posterior desarrollo de la cadena: la producción avícola, porcina, la piscicultura, los productos lácteos, el biodiesel, las margarinas, entre otros.

El aprovechamiento sostenible de las principales materias primas agrícolas implica un desarrollo total de la cadena de valor de las oleaginosas, convirtiendo proteína vegetal en proteína animal y el aceite en biodiesel y otros productos.

Ingreso de divisas

Los productos industrializados a partir de la soja y otras oleaginosas generan un flujo de ingreso de divisas más constante a lo largo del año, limitando la fluctuación del tipo de cambio.

Destinos más diversificados

El mercado internacional para productos agroindustriales se encuentra mucho menos concentrado que el de los granos, ya que a pesar de que existen compradores muy importantes, su participación dentro del total no es tan alta como la de los granos, que depende en gran medida de la demanda de un solo país.

Generación de Empleo

La agroindustria genera más trabajo en el país, que es la mejor herramienta para la lucha contra la pobreza y para apuntar al crecimiento tanto en lo económico como en lo social. Cuanto más se avanza en los eslabones de la cadena, mayor es la generación de empleos.

Las industrias de procesamiento asociadas en la CAPPRO, generan un impacto positivo en el bienestar de las familias paraguayas. En la actualidad emplea a más de 8,800 trabajadores calificados; 2,200 de manera directa en las plantas y aproximadamente 6,600 de manera indirecta en empresas de servicios y mantenimiento anexas.

Efecto derrame y demanda de bienes y servicios

La agroindustria es uno de los ejes para apuntar al desarrollo económico:

Tiene un enorme efecto derrame en otras actividades: transporte terrestre y fluvial, servicios, energía (consumirla a nivel local en vez de exportarla), construcción, metal mecánico, entre otras. 

Genera una logística terrestre y fluvial de gran volumen durante todo el año, a diferencia de la exportación de granos que genera una demanda concentrada en el período de la zafra. El sector no solo contribuye a mejorar la eficiencia en la logística, sino al desarrollo de toda la cadena.